Capacidad de relación
Se ha dicho en muchas ocasiones que el hombre es un ser relacional, que necesita del otro para perfeccionarse. Los que se han dedicado a la formación de personas en sus primeras etapas escolares saben que un niño "solo" siempre es un niño raro. Muchos aprendizajes se llevan a cabo por la simple necesidad. Y, en otras ocasiones, esta necesidad no es suficiente para que una capacidad se desarrolle. Cuando esta capacidad de relación no se adquiere de modo natural es el momento de intervenir, y dar pautas para que esta ausencia no nos lleve al aislamiento, al sufrimiento de la soledad.
El vendedor de humo
Un corto en donde podemos ver cómo detectando los intereses éstos nos llevan a la persona. Pero no todo son buenas intenciones...
¿Qué necesito para crear puentes eficaces?
1. Escuchar
2. Detectar las necesidades de los demás.
3. Localizar intereses comunes.
4. Descubrir peculiaridades, lo que hace a los demás "auténticamente diferentes".
5. Las vivencias comunes: no solo estar, hacer con los demás.
6. Confiar. Culalquier hombre que conozcamos será siempre un misterio para nosostros. Nunca podremos decir que tenemos de él un conocimiento claro y verdadero. ¿Cómo aproximarnos a él entonces? Floresnkij establece tres grados de aproximación. El primero es darle confianza, una confianza en cierto modo ciega, no segura, quizás arriesgada. El segundo grado se desarrolla muy pronto. El hombre del que nos hemos fiado comienza a revelarse, a contarnos de él mismo, y nosotros empezamos a entenderle. Estamos, por tanto, contentos de haberle creído y esperamos conocerle mejor a continuación. Transcurrido un cierto período podemos decir incluso que le entendemos muy bien. Esta comprensión mutua se da, por ejemplo, en la familia, donde existe la confianza recíproca, el amor y el contacto cotidiano. Las personas se comprenden porque se quieren (Tomás Spildík).
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