La indefensión aprendida
La confianza en uno mismo, o seguridad personal, se puede traducir en un estado de paz y tranquilidad que tienen como base nuestros recursos para afrontar retos y dificultades. Esta seguridad se va adquiriendo con el paso de los años y se ve especialmente afectada por factores propios así como por factores ambientales.
La seguridad en uno mismo se alcanza -según el doctor Cabanyes-, sobre la base de autoaceptación, desarrollando una actitud de aprendizaje permanente (aceptando los errores y aprendiendo de ellos) y buscando los apoyos necesarios... Una insuficiente adquisición de la seguridad en uno mismo, siempre por la confluencia de varios factores (temperamentales, ambientales y un abanico de grandes o pequeños fracasos y frustraciones, y de situaciones, subjetivas u objetivas, de abandono, desprotección o humillación o desprecio), genera un sentimiento de amenaza (temor al fracaso o a que sobrevenga un mal: no ser aceptado, no alcanzar los objetivos, estar fuera de los cánones señalados, hacer algo mal, etc) que no es tolerable de forma sostenida y obliga a pretender crear entornos seguros.
Este video me ha recordado que necesitamos tener más esperanza en nuestras posibilidades y en nuestra capacidad. No nos tiene que afectar el ambiente que nos rodea ni el "qué dirán".
ResponderEliminarMe ha encantado el video porque hay mucha gente que en situaciones frustrantes se dan por vencidos y tienen una falsa aceptacion.
ResponderEliminarYo creo que la gente se da por vencido muy rapido, y no luchan por lo que quieren y por eso les parecen frustrantes las situaciones.
El desamparo aprendido, es causa de la aceptacion de no poder defenderse, eso se debe a las diferentes dificultades que experimenta la persona hasta aceptarlo.
ResponderEliminarLa forma de volver a recuperar la confianza, puede ser a traves de los amigos y de los demas.
me gusto el video fue muy interesante, de las persona frustantes, y darse porvencidos y aceptar las cosas como si fuera normal o comun de no tener esperanza. hay que luchar por lo que queremos y no dejarnos vencer, recuperar la confianza con los amigos y no ponernos en situaciones frustantes
ResponderEliminar¿Se puede inducir la incompetencia? Parece que sí.
ResponderEliminarAunque el etiquetado nos puede ayudar a individualizar la atención que cada alumno precisa es necesario tratar a cada persona como lo que es... un sujeto individual y por lo tanto único. Ahí está el reto para los que nos dedicamos a la labor educativa.
D. Carlos, los seguidores de su blog solicitamos, si es posible, una entrada que trate el efecto Pigmalion, para ver la otra cara de este último vídeo y cómo la confianza y expectativas del profesor pueden ayudar a mejorar la autoestima y rendimiento del alumno.
ResponderEliminarEse es todo un "temazo"!
ResponderEliminarLas personas pierden la ilusión, la confianza. Por fracasos en la vida y aceptan esos fracasos, hay que revelarse ante la pasividad del destino. Nunca hay que darse por vencido ni perder la ilusión de vivir, debemos confiar en nuestras posibilidades porque si quieres puedes,nadie debe meterte en la cabeza que no puedes conseguir algo.
ResponderEliminarGueorgui Svetlozarov Gueorguiev
A pesar de no haber visto el video creo que la forma de actuar ante las frustraciones esta inevitablemente ligada al ámbito y la personalidad de la persona, pero los errores no dejan de ser lecciones que nos da la vida, y al fin y al cabo siempre se aprende de los errores por muy frustrante que sea.
ResponderEliminarEn mi opinión, la indefensión aprendida es el último escalón que damos moralmente como personas, ya que pensamos que no servimos, que somos mas débiles que cualquier otra persona, de manera que somos manipulados por otras personas. Es un video bastante claro y nos enseña a que no lleguemos a ese punto, que nos hagamos valorar como personas que somos y no llegar nunca a ese punto.
ResponderEliminarClaro. Es verdad. Si te acostumbras a lo que te hacen malvadamente al final acabas por aceptándolo, y no tienes la confianza necesaria para poder recuperar tus ansias de defenderte del mal hecho en ti. A cualquiera nos puede pasar, solo que, como no estamos acostumbrados, nos afecta gravemente y no tenemos más remedio que aceptarlo porque lo hemos aprendido. Nada más ni nada menos.
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